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Almas. ["SEDER OLAM", por [Franciscus Mercurius van Helmont], F.M. Baron of Helmont (1694)".]
Gilgal fue un lugar al cual el pueblo de Israel se dirigía para la renovación del Pacto con YHVH y donde los Israelitas eran circuncidados.
La palabra "Gilgal" o "Galgal" en algunos textos puede ser alegórica.
Las palabras "Galil" ("cilindro") y "Gilgal" ("rueda"), tienen en común no solamente la igualdad de casi todas sus letras, sino también los parecidos de algunos de sus significados.
Un cilindro ("Galil") puede ser un cilindro de "revolución". Y rueda ("Gilgal") se aplica como palabra en un significado esotérico a la "revolución" o reencarnación de un alma.
De acuerdo a las anteriores similitudes explicadas entre "Galil" y "Gilgal", puede decirse que son, de cierta manera, "sinónimas". Y en este mismo sentido también los nombres de "Galilea" y "Gálgala" ("Galgal", "Gilgal" o "Gilgul"), aunque, aplicados a una región, estén en diferentes partes, como lugares geográficos.
En Galilea nuestro Señor Jesús El Cristo se reveló como el Mesías o Ungido por el Espíritu Santo.
En Galilea se revelaron el Rabbí Simeón ben Yojai, y el Rabbí Isaac Luria, así como su Discípulo Hayyim Vital.
Mas, después de Isaac Luria y de Hayyim Vital, las "Revoluciones" o "Reencarnaciones" de las Almas del antiguo Pueblo de Israel, comenzaron a trasladarse a la "Galilea" del Mayab de los Andes, en donde comenzó a gestarse nuevamente "La Esperanza de Israel".
Uno de los Doce Apóstoles de nuestro Señor Jesús El Cristo, el Apóstol Judas de Kariot, Reencarnado entre los Mayas, nos dice en "El Vuelo de la Serpiente Emplumada":
"... solamente al que despierta le es dado morir, al que muere le es dado vivir y viviendo se vive en el Corazón del Mayab. Y aquello que Judas, el hombre de Kariot, hizo presto fué sujetar su tiempo para que el Santo Señor Jesús colocase acabadamente un hilo en la urdimbre de este destino humano que apunta en tierras Mayas hacia una nueva civilización y que hace dos mil años únicamente conocía El." [...] "... el destino no está ni ha estado nunca en las manos de los hombres, sino en la voluntad del Gran Señor Escondido en lo Más Alto y Sagrado del Mayab, más allá de la cumbre de los montes andinos." [...] "Piensa, pondera, indaga la verdad del destino que se urde en el Sagrado Reino del Mayab, más allá de la cumbre de los montes andinos, y quizás también brille su luz en tu corazón." ("El Vuelo de la Serpiente Emplunada").
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