AMAR A DIOS
POR SOBRE
TODAS LAS COSAS

"Y Jesús le respondió [a uno de los escribas]: El primer mandamiento de todos es: Oye, Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es. [Shemá Israel YHVH Elóhim YHVH ejad]. Amarás pues al Señor tu Dios de todo tu corazón, y de toda tu alma, y de toda tu mente, y de todas tus fuerzas; este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante á Él: Amarás á tu prójimo como á ti mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos. Entonces el escriba le dijo: Bien, Maestro, verdad has dicho, que uno es Dios, y no hay otro fuera de Él; Y que amarle de todo corazón, y de todo entendimiento, y de toda el alma, y de todas las fuerzas, y amar al prójimo como á sí mismo, más es que todos los holocaustos y sacrificios. Jesús entonces, viendo que había respondido sabiamente, le dice: No estás lejos del reino de Dios. Y ya ninguno osaba preguntarle." (El Santo Evangelio según San Marcos, 12: 29-34).

"El Señor será Uno y su Nombre Uno". (Zacarías XIV, 9.).

En este estudio nos referimos al "Israel" interior, espiritual, individual, particular, dentro de cada Ser Humano, que son las distintas Partes del Ser.

El Ser dentro de cada Ser Humano (sin distinciones de credo, raza, sexo, color, pueblo, nación, tribu, lengua, posición social, etc.), tiene muchas y distintas Partes del Ser.

Las distintas Partes del Ser, en cada Ser Humano, son el Israel interior, "del reino de Dios".

"Partieron los hijos de Israel de Ramesés a Sucot, como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños..." (Éxodo 12: 37).

Esta cantidad es simbólica, kabalística, no se debe de interpretar literalmente.

Esta cifra kabalísticamente da en síntesis: 6, que en kabbaláh se corresponde con la Sexta Sephirah Tiphéreth o Israel, del Árbol de la Vida.

Cada Iniciado que encarna en su corazón al Israel-Tiphéreth íntimo, individual, particular, equivale esotéricamente a "seiscientos mil"; es decir, a Israel o Tiphéreth. Y a su vez, Israel o Tiphéreth, dentro del Iniciado que lo tiene encarnado, emana de Él a las Doce Tribus del Pueblo del Israel interior, íntimo, individual, particular.

El Zohar las llama "las doce oblicuidades de Tiféret", que bajaron con Jacob o Israel acompañado por la Sagrada Shejináh y "por multitudes de huestes celestiales", "al exilio de Egipto", como está escrito que Dios le dijo a Jacob: "Yo descenderé contigo a Egipto,..." (Génesis 46: 4).

El Pueblo del Israel íntimo está sometido a la esclavitud del pecado en el "Egipto" interior, dentro del lodo o fango de nuestros defectos psicológicos (ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, etc.), en pensamientos, sentimientos y acciones.

Solamente con la desintegración de nuestros defectos psicológicos "de instante en instante, de momento en momento", en pensamientos, sentimientos y acciones, continuamente, durante toda la vida, logramos salir del lodo de la inmundicia de la esclavitud del "Egipto" interior, para poder atravesar "el mar rojo de las pasiones", y entrar en el "Camino" del "Desierto", el Camino Esotérico, el Camino angosto, estrecho y difícil que nos conduce a la Jerusalem Celestial, a la Luz de la Luz de nuestro Padre que está en los Cielos, al "Ain Soph", al Sagrado "Infinito", a la Unidad.

De esta manera podemos llegar a integrar en una Unidad, a todas las Partes del Israel interior, individual, particular, habiendo logrado Elevarlas y Realizarlas completamente.

Nuestro Señor Jesús el Cristo al pronunciar las palabras "Oye, Israel, el Señor nuestro Dios, el Señor uno es…" [Shemá Israel YHVH Elóhim YHVH ejad], nos recuerda que "El primer mandamiento de todos", comienza con el llamado a responder para lograr la realización de todas y de cada una de las Partes del Ser, en y dentro de cada uno de nosotros mismos, e integrarlas completamente realizadas, cristificadas, en una Unidad.

Si así procedemos, estaremos Amando "al Señor nuestro Dios" de todo nuestro corazón, y de toda nuestra alma, y de toda nuestra mente, y de todas nuestras fuerzas, "este es el principal mandamiento."

El "Señor nuestro Dios" es nuestro Padre-Madre interior, Divinal, particular, en cada Ser, el Rey y la Reina en el interior "reino de Dios".

Así como el cuerpo físico de cada Ser Humano ha nacido de un padre y de una madre terrenales, así también el alma de cada Ser Humano tenemos un Padre y una Madre individuales, particulares, Divinales, Celestiales, que son a su vez desdoblamientos del Celestial y Eterno Padre Cósmico Común.

El Padre-Madre individual, Divinal, particular, de cada uno de nos, son "el Señor nuestro Dios". Y es a Ellos, a nuestro Padre-Madre, a quienes hemos de Amar verdaderamente, "de todo nuestro corazón, y de toda nuestra alma, y de toda nuestra mente, y de todas nuestras fuerzas,…", dentro de cada uno de nosotros mismos.

Si así lo hacemos, si así lo vivimos, entonces nos será posible también Amar a nuestro prójimo como a sí mismo.

"No hay otro mandamiento mayor que éstos…", nos dice nuestro Señor Jesús el Cristo.

Y es urgente "cumplirlo en nuestros actos, en nuestros pensamientos, en nuestros sentimientos,…"

Porque si esto no sabemos cumplir, nos "estará vedada la vigilia de la verdadera oración".

"Velad y orad, para que no entréis en tentación:…" (El Santo Evangelio según San Marcos, 14:38).

"No podréis velar sin orar, y no podréis orar sin velar".

Es urgente entender y comprender, que para poder recibir la gracia que nos permita estar en todo momento en Vigilia y en Oración para no entrar en tentación, hemos de Amar verdaderamente "al Señor nuestro Dios" a nuestro Padre-Madre íntimos, interiores, particulares, individuales, divinales, "de todo nuestro corazón, y de toda nuestra alma, y de toda nuestra mente, y de todas nuestras fuerzas,…", a cada instante, durante toda la vida; y a nuestro prójimo como a sí mismo.

Procediendo así, recibiremos de nuestro Padre-Madre, que son "el Señor nuestro Dios", la ayuda, la asistencia, la fuerza, para estar siempre, en pensamientos, sentimientos y acciones, "de instante en instante, de momento en momento", en Vigilia y en Oración para no entrar en tentación.

Estar uno en "Vigilia" es estar uno vigilándose a sí mismo, en pensamientos, sentimientos y acciones, en todo momento; o en otras palabras, estarse uno "Auto-Observando Psicológicamente", continuamente, en lo que estamos pensando, en lo que estamos sintiendo, en lo que estamos haciendo.

Y, al descubrir uno, un defecto psicológico, ya sea en un pensamiento, en un sentimiento, o en una acción, pedir de inmediato, sin pérdida de tiempo, con fuerza y con fe, a nuestra Madre Divina (nuestra Madre Divina Kundalini, la Madre Divina de nuestra alma, de nuestro Ser), que nos saque y nos desintegre ese defecto psicológico que descubrimos en ese instante. Esto es "Orar", es decir, "Pedir" ayuda a Dios-Madre, nuestra Madre Divina Kundalini, para que nos desintegre en el acto, ese defecto psicológico que hemos descubierto.

Porque es Dios-Madre quien cumple esta labor, como consta en las Sagradas Escrituras, donde Dios le dice a la serpiente tentadora del Edén:

"Y enemistad pondré entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar." (Génesis, 3:15).

"Ésta", es nuestra Madre Divina Kundalini, la Virgen-Madre de nuestro propio Ser. Y es Ella (y Su "Simiente", el Cristo Íntimo, Interior) la que tiene el Poder para quebrantarle la cabeza a cada serpiente tentadora, a cada defecto psicológico que nos quiera hacer caer en tentación.

La serpiente tentadora es la antítesis tenebrosa, de la Serpiente Ardiente o Kundalini que Moisés levantó en la Vara en el desierto y de la cual da testimonio nuestro Señor Jesús el Cristo, donde dice:

"Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del hombre sea levantado;…" (El Santo Evangelio según San Juan, 3: 14).

Nuestro Señor Jesús el Cristo se refiere a lo que está escrito en el Libro de los Números, donde dice:

"Y YHVH dijo a Moisés: Hazte una serpiente ardiente, y ponla sobre una asta; y cualquiera que fuere mordido y mirare a ella, vivirá. Y Moisés hizo una serpiente de bronce, y la puso sobre una asta; y cuando alguna serpiente mordía a alguno, miraba a la serpiente de bronce, y vivía." (Números, 21: 8-9).

La Serpiente Ardiente de Bronce es el Fuego Sagrado del Kundalini, el Fuego del Espíritu Santo, que Moisés levantó en la vara o asta, en el desierto de su vida Esotérica, que permitía y permite vivir a quienes la miraban y la miran a Ella; y es idéntica con "Ésta" o la "Mujer" que con Su Linaje o el Cristo Íntimo, Interior, le quebranta la cabeza a la serpiente tentadora del Edén y a su simiente que son los múltiples defectos psicológicos (ira, codicia, lujuria, envidia, pereza, orgullo, gula, etc.,) que llevamos en nuestro interior.

La "Mujer-Serpiente" o nuestra Madre Divina Kundalini y Su "Linaje" o el Cristo Íntimo, Interior, son nuestra única Tabla de Salvación, para no sucumbir y "Vivir" en el Desierto del Camino Esotérico, si es que aspiramos a formar parte de los "ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel." (Apocalipsis 7: 5). Este número es también kabalístico, y da en síntesis "nueve", que en Kabaláh es "la Novena Esfera", o la Novena Sephirah llamada "Yesod" o "Fundamento" que en el Kabalístico Árbol de la Vida está localizada en el Sexo, en los órganos de la generación.

El número "ciento cuarenta y cuatro mil", o kabalísticamente "nueve" (9), es la verdadera Castidad en pensamientos, sentimientos y acciones, por medio de la práctica del "Arcano" o Transmutación de nuestras propias energías creadoras con "Los Tres Factores de la Revolución de la Conciencia".

Solamente quienes reciben "el Sello del Dios Vivo", o la Señal del Cordero en sus frentes, por su verdadera Castidad lograda con su trabajo con "Los Tres Factores", pasan a formar parte de "las Doce Tribus de Israel":

"Después de esto vi a cuatro ángeles en pie sobre los cuatro ángulos de la tierra, que detenían los cuatro vientos de la tierra, para que no soplase viento alguno sobre la tierra, ni sobre el mar, ni sobre ningún árbol. Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles, a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios. Y oí el número de los sellados: ciento cuarenta y cuatro mil sellados de todas las tribus de los hijos de Israel." (Apocalipsis 7: 1-5).

"Y EL quinto ángel tocó la trompeta, y vi una estrella que cayó del cielo en la tierra; y le fué dada la llave del pozo del abismo. Y abrió el pozo del abismo, y subió humo del pozo como el humo de un gran horno; y oscurecióse el sol y el aire por el humo del pozo. Y del humo salieron langostas sobre la tierra; y fueles dada potestad, como tienen potestad los escorpiones de la tierra. Y les fué mandado que no hiciesen daño á la hierba de la tierra, ni á ninguna cosa verde, ni á ningún árbol, sino solamente á los hombres que no tienen la señal de Dios en sus frentes." (Apocalipsis, 9: 1-4).

"El Quinto Ángel" es Samael, nuestro Venerable y Amado Maestro Samael Aun Weor.

"El Sello del Dios Vivo" tiene las formas de: "El Sello de Salomón", "La Cruz Tau", y "el Signo del Infinito" o "El Santo Ocho".

Para el Hermano Francisco de Asís,

"... el signo del "tau" era más familiar que cualquier otro signo y con ese símbolo firmaba cartas y pintaba todas las paredes de las celdas." (Tommaso Celano, "Vida de San Francisco de Asís…")

Los Primitivos Cristianos, solían representar la Cruz con una "T" (Cruz Tau), en las catacumbas.

"… Y en realidad el Santo (San Francisco) tenía gran veneración y afecto por el signo del Tau, siempre lo aconsejaba en cuanto hablaba y lo escribía directamente en las cartas que despachaba como si su misión fuera, según lo que dijo el profeta mismo, la de signar el Tau en la frente de los hombres que gimen y lloran, convirtiéndose sinceramente al Cristo... " (San Buenaventura, "Vida de San Francisco de Asís, Leyenda Mayor...")

San Francisco de Asís usó un bastón, cuya punta tenía la forma de "T" o de Cruz Tau.

"... vemos a Ezequiel marcando la frente de los hombres de Judá que temían al Señor con el signum Thau, según está traducido en la Vulgata...":

"4 Y díjole YHVH: Pasa por medio de la ciudad, por medio de Jerusalem, y pon una señal en la frente á los hombres que gimen y que claman á causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella." (Ezequiel 9, 4.)

"4 et dixit Dominus ad eum transi per mediam civitatem in medio Hierusalem et signa thau super frontes virorum gementium et dolentium super cunctis abominationibus quae fiunt in medio eius" (Ezequiel, Chapter 9, 4. Jerome's Latin Vulgate (405 A.D. Biblia Vulgata Latina.)

San Antonio de Egipto (251-356) es representado como un anciano, cargando una Cruz Tau… llamada también "Cruz de San Antonio", o "Crux Commissa". Usada muchos siglos después por el Hermano Francisco de Asís, como hemos visto.

"... Es indudable que al hablar San Juan del "Sello del Dios Vivo", ... se refería... a la mística Tau, el Tetragrammatón (o Nombre Potente), que en los más antiguos talismanes Kabalísticos estaba representado por las Cuatro Letras Hebreas de la Palabra Sagrada."

Las Cuatro Letras Sagradas del Santo Tetragrammatón, son las Cuatro Letras Hebreas YHVH (Iod, Hei, Vav, Hei), cuya pronunciación secreta es IAO, el Nombre del Dios Verdadero, nuestro Dios Verdadero.

Quienes son Signados, Sellados o Señalados en sus frentes con la Señal del Cordero (la Cruz Tau, el Sello de Salomón, o el Signo del Infinito), son Signados también en sus frentes con el Nombre de Dios IAO..., nuestro Dios Verdadero.

Estos hechos fueron anunciados para "el final de los tiempos" en la "Noche de Pascua" a la "Medianoche" anterior al Éxodo del Pueblo de Israel en Egipto, como está escrito en el capítulo 12 del Libro del Éxodo, donde Dios le ordena a Moisés decirle a los Hijos de Israel que colocaran la Señal con la Sangre del Cordero "en el dintel y en los dos postes," de sus "casas". Aquí "casa" es cada verdadero Israelita, y el "dintel" es la frente de cada Israelita. En este "final de los tiempos", estamos ya en la "última Noche de Pascua", y acercándonos a su "Medianoche"... Y quien recibe la Señal del Cordero y el Nombre de Dios (IAO) en su frente, pasa a formar parte de los Doce Mil señalados de cada una de las Doce Tribus de Israel, como está escrito en el Libro del Apocalipsis de San Juan.

En el Libro del Génesis, cuando se relata la caída de la Humanidad Edénica representada por "Adán y Eva", la única puerta de redención que Dios señaló fue la "Mujer" y Su "Simiente" o "Linaje". Es obvio que ésta "Mujer" es Dios-Madre, y Su "Linaje" es Dios-Hijo, el Cristo.

No olvidarnos de Ella, que es el Aspecto Femenino de nuestra "Íntima Divinidad", del "Señor nuestro Dios", de nuestro Padre-Madre, es la clave y el método para no caer en tentación y poder Morir a cada uno de nuestros "yoes-diablos" o defectos psicológicos, "de instante en instante, de momento en momento", en pensamientos, sentimientos y acciones.

Con este método practicado a cada instante, continuamente, equilibramos "Los Cinco Centros de la Máquina Humana" (intelectual, emocional, motor, instintivo, sexual), y cada uno de estos Cinco Centros trabaja entonces con sus propias energías, y tendremos también energías Creadoras ahorradas para entrar en el Camino Esotérico de Las Tres Montañas y poder realizar la Gran Obra del Padre, la Cristificación total, la Liberación total, cada uno dentro de sí mismo.

Este es el verdadero comienzo, y la base sólida y firme que nos prepara para luchar durante toda la vida por la realización de todas y de cada una de las Partes del Ser, del Israel interior, individual, particular, integrado todo en una Unidad.

Entonces, "El Señor será Uno y su Nombre Uno". (Zacarías XIV, 9.).

¡Estamos "en el final de los tiempos"!

Es urgente practicar todos los días en la intimidad del Hogar de cada uno, las enseñanzas gnósticas de la concentración, la meditación, el desdoblamiento astral, y Orar mucho al Señor nuestro Dios, a nuestro Padre-Madre Interior, Divinal, particular, en nuestro corazón.

El método práctico para poder llegar a realizar la Integración y la Unidad de todas las Partes del Ser, dentro de sí mismo, está en "Los Tres Factores de la Revolución de la Conciencia", como nos han sido enseñados por nuestro Venerable y Amado Maestro Samael Aun Weor y por nuestro Venerable y Amado Maestro Rabolú, y a quienes todo se lo debemos, con la base sólida y firme de la Vigilia y la Oración para no entrar en tentación, y estar siempre "en el recuerdo de la Íntima Divinidad", Amando verdaderamente "al Señor nuestro Dios", a nuestro Padre-Madre Divinal, íntimo, individual, particular, de todo nuestro corazón, y de toda nuestra alma, y de toda nuestra mente, y de todas nuestras fuerzas, por sobre todas las cosas, y al prójimo como a sí mismo.

17-18 de Mayo del Año 2012
Amamos a todos los Seres, a toda la Humanidad.
Cada Ser Humano es también la Humanidad.

"¡Que todos los Seres sean Felices!"
"¡Que todos los Seres sean Dichosos!"
"¡Que todos los Seres sean en Paz!"

De todo Corazón,
Para toda la Pobre Humanidad Doliente,
Luis Bernardo Palacio Acosta
Bodhisattwa del V.M. Thoth-Moisés

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Guía Práctica del Estudiante Gnóstico
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