JOJMAH (Sabiduría)
EL CRISTO - EL HIJO DEL PADRE -

"Jesús le dice: Yo soy el Camino, y la Verdad, y la Vida: nadie viene al Padre, sino por Mí." (San Juan, 14:6).

"… Cristo potencia de Dios, y Sabiduría [Jojmáh] de Dios [del Padre] […] el cual nos ha sido hecho por Dios Sabiduría,…" "… Empero hablamos Sabiduría de Dios entre perfectos; y sabiduría, no de este siglo, ni de los príncipes de este siglo, que se deshacen: Mas hablamos Sabiduría de Dios en misterio, la sabiduría oculta, la cual Dios predestinó antes de los siglos para nuestra gloria:…" (1 Corintios, 1: 24,30; 2: 6,7).

Cristo es la Jojmáh (Sabiduría) de Kether (de Dios, del Padre).

"… del maná está dicho: "Yo haré llover pan del cielo para vosotros". Fue efectivamente alimento celestial, que emanaba de la esfera que se llama "cielo" [Tiphéreth]. Pero los hijos de la Sabiduría, es decir, los estudiosos de la Toráh, extraen su alimento de una región aún más elevada, de la esfera de la Sabiduría [Jojmáh], como está escrito: "La sabiduría mantiene con vida a sus poseedores" (Eclesiastés 7, 12.). (Palabras de Simeón ben Yojai, en El Zóhar).

Estas explicaciones son prácticamente las mismas, con otras Palabras, que muchos años antes dijo nuestro Señor Jesús El Cristo:

"Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés pan del cielo; mas Mi Padre os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo. Y dijéronle: Señor, danos siempre este pan. Y Jesús les dijo: Yo Soy el pan de vida: el que á Mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en Mí cree [tiene Fe], no tendrá sed jamás." (San Juan 6:32,33).

La explicación es la siguiente: el "alimento celestial que emanaba de la esfera que se llama "cielo", viene de la sephiráh Tiphéreth que es Moisés, puesto que a Tiphéreth se le llama "cielo". Mas "el verdadero pan del cielo", o la "Sabiduría Oculta" o "Esotérica" más elevada de La Toráh, que es "Pan de Dios… que descendió del cielo y da vida al mundo", viene de "Jojmáh" que es El Hijo, El Cristo. No obstante, la Sabiduría de Jojmáh o del Cristo, o el Cielo superior, y que viene del Padre, pasa (después de pasar por Bináh o nuestra Madre Divina Kundalini, Jésed o nuestro Padre Íntimo el Inefable Átman, y Guevuráh, nuestra Alma Espiritual, el Buddhi) a través de Tiphéreth, nuestra Alma Humana, el Hijo del Hombre que es el Cielo inferior con relación a Jojmáh el Cielo superior.

"Porque la Toráh misma emana de la Sabiduría [Jojmáh], del reino que se llama "santidad", y la Sabiduría emana de la región que se llama "Santo (literalmente, santidad) de todos los Santos" [Kether, El Padre Celestial]…." (El Zóhar).

Porque "la raíz de la Toráh", está "en la Sabiduría Superior".

Y porque "Jojmáh (la Sabiduría) da Vida a quienes la poseen" (Eclesiastés, 7:12).

Tiphéreth o el Hijo del Hombre que está en el Cielo inferior, desciende o es emanado del Cielo superior que es Jojmáh "el Principio de la Sabiduría" que es El Hijo del Padre, El Cristo.

Las Palabras de nuestro Señor Jesús El Cristo (que provienen del Padre Celestial), vienen de Jojmáh, la Sabiduría Esotérica superior, "el Pan de Vida", puesto que el nivel del Alma en Jojmáh es llamada "Jayyáh" o "Vida-Fuerza" y "Ser Viviente" (del Elevado Mundo de "Atziluth"). Pues

"... quien constantemente se ocupa con [la Sabiduría Oculta o Esotérica] de La Toráh", es como "un árbol plantado junto a corrientes de agua" (Salmos I, 3).

Las Diez Sephiróth del Árbol de la Vida son: Kether (Corona) que es el Padre; Jojmáh (Sabiduría), el Hijo, el Cristo; Bináh (Entendimiento, Inteligencia), el Espíritu Santo, nuestra Madre Divina Kundalini; Jésed o Gueduláh (Gracia, Indulgencia, Misericordia), nuestro Padre Íntimo, Átman; Guevuráh (Rigor), el Alma Espiritual, el Buddhi; Tiphéreth (Belleza, Hermosura, Gloria), el Alma Humana, el Manas Superior; Netzáh (Victoria), el Cuerpo Mental; Hod (Honor), el Cuerpo Astral; Yesod (Fundamento) el Sexo; Maljhut (el Reino) la contraparte Femenina de "Zeir Anpín" (que en conjunto son las Sephiróth desde Jésed hasta Yesod).

La primera letra del Santo Nombre de Dios "YHVH" (IEVÉ) Bendecido y Santificado Sea, es la Letra "Y" (Yod), que es la Letra de la Sephiráh Jojmáh, siendo la punta superior de la "Yod", relacionada con la Sephiráh Kether o El Padre, el Santo Anciano de los Días. Este es uno de los significados, como nos lo enseña nuestro Señor Jesús El Cristo que el Padre está en el Hijo, y el Hijo está en el Padre Celestial.

Jojmáh o la segunda Sephiráh es El Hijo, El Cristo, porque es el primer desdoblamiento del Padre, de Kether, del Santo Anciano de los Días, de nuestro Padre que está en los Cielos.

En Jojmáh se hallan las "Ophanim" ("Ruedas") que giran y resplandecen, o Jerarquías de Ángeles del Carro-Trono Divino de la Visión del Carro del Profeta Ezequiel (1:28), y Apocalipsis (4), y en cuyo Trono-Carro está sentado el Hijo del Hombre, en el nivel de Jojmáh: El Cristo.

"1 DESPUÉS de estas cosas miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo: y la primera voz que oí, era como de trompeta que hablaba conmigo, diciendo: Sube acá, y Yo te mostraré las cosas que han de ser después de éstas.
2 Y luego yo fuí en Espíritu: y he aquí, un trono que estaba puesto en el cielo, y sobre el trono estaba uno sentado.
3 Y el que estaba sentado, era al parecer semejante á una piedra de jaspe y de sardio: y un arco celeste había alrededor del trono, semejante en el aspecto á la esmeralda.
4 Y alrededor del trono había veinticuatro sillas: y vi sobre las sillas veinticuatro ancianos sentados, vestidos de ropas blancas; y tenían sobre sus cabezas coronas de oro.
5 Y del trono salían relámpagos y truenos y voces: y siete lámparas de fuego estaban ardiendo delante del trono, las cuales son los siete Espíritus de Dios.
6 Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal; y en medio del trono, y alrededor del trono, cuatro animales llenos de ojos delante y detrás.
7 Y el primer animal era semejante á un león; y el segundo animal, semejante á un becerro; y el tercer animal tenía la cara como de hombre; y el cuarto animal, semejante á un águila volando.
8 Y los cuatro animales tenían cada uno por sí seis alas alrededor, y de dentro estaban llenos de ojos; y no tenían reposo día ni noche, diciendo: Santo, santo, santo el Señor Dios Todopoderoso, que era, y que es, y que ha de venir.
9 Y cuando aquellos animales daban gloria y honra y alabanza al que estaba sentado en el trono, al que vive para siempre jamás,
10 Los veinticuatro ancianos se postraban delante del que estaba sentado en el trono, y adoraban al que vive para siempre jamás, y echaban sus coronas delante del trono, diciendo:
11 Señor, digno eres de recibir gloria y honra y virtud: porque tú criaste todas las cosas, y por tu voluntad tienen ser y fueron criadas." (El Apocalipsis ó Revelación de San Juan, El Teólogo, 4:1-11).

El Hijo del Hombre es nuestro Señor Jesús El Cristo.

El Hijo del Hombre es el Cristo Íntimo encarnado dentro de un Iniciado que haya escogido El Camino Directo.

El Hijo del Hombre son las Humanidades de Ángeles Cristificados de Otros Mundos Superiores.

Mas, para poder acercarnos al Hijo del Hombre en nuestro Señor Jesús El Cristo, y de las Humanidades Cristificadas de Otros Mundos Superiores, necesitamos levantar y encontrar al Hijo del Hombre dentro de nosotros mismos,

"... porque he aquí el reino de Dios entre vosotros está." (San Lucas, 17:21).

Aunque el día y la hora nadie los sabe, sino nuestro Padre que está en los Cielos, El Hijo del Hombre "que ha de venir", puede venir en cualquier hora.

"Empero de aquel día y de la hora, nadie sabe; ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre. Mirad, velad y orad: porque no sabéis cuándo será el tiempo." (San Marcos, 13: 32-33).

"Velad" es vigilar dentro de sí mismos, nuestros pensamientos, sentimientos y acciones, que es la auto-observación psicológica. "Orad", es pedir a nuestra Madre Divina Kundalini que nos saque y nos desintegre el defecto psicológico que hemos descubierto en la Vigilia, en el mismo instante.

"Velad pues, porque no sabéis cuándo el señor de la casa vendrá; si á la tarde, ó á la media noche, ó al canto del gallo, ó á la mañana; Porque cuando viniere de repente, no os halle durmiendo. Y las cosas que á vosotros digo, á todos las dijo: Velad." (San Marcos, 13:35-37).

"... si á la tarde, ó á la media noche, ó al canto del gallo, ó á la mañana;...", indican claramente que la Vigilia y la Oración son a cada instante, y en todo momento, "en todo tiempo".

"Vosotros pues también, estad apercibidos; porque á la hora que no pensáis, el Hijo del Hombre vendrá." (San Lucas, 12:40).

"Velad pues, orando en todo tiempo, que seáis tenidos por dignos de evitar todas estas cosas que
han de venir, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre." (San Lucas, 21:36).

Y por lo cual, en cada hora, de cada día, hemos de luchar incansablemente por estar en pie ante el Hijo del Hombre, negándonos a sí mismos, es decir, muriendo a nuestros defectos psicológicos (ira, codicia, lujuria, envidia, orgullo, pereza, gula, etc.,) en pensamientos, sentimientos y acciones, en todo momento por medio de la Vigilia y de la Oración.

Es necesario entender que cada "yo" o defecto psicológico, es como un árbol, con muchas ramas, con raíces, y con múltiples raíces pequeñas, como así nos lo ha explicado nuestro Venerable y Amado Maestro Rabolú. Cuando le pedimos a nuestra Madre Divina Kundalini que nos saque y nos desintegre un defecto (ya sea de ira, lujuria, etc.,) que hemos descubierto a través de la Vigilia o auto-observación psicológica, nuestra Madre Divina sí lo desintegra en ese mismo instante. No obstante, parecería que cada vez vuelve a surgir el mismo defecto; mas lo que sucede es que, como quiera que cada "yo" tiene muchas raíces, muy similares, podríamos llegar a pensar que es el mismo "yo", y en realidad es otro "yo" casi idéntico, al que nos desintegró antes nuestra Madre Divina Kundalini.

Mas también hay otros "yoes" más fuertes que necesitan ser desintegrados a través de muchos trabajos más avanzados de disolución. (Ver, por favor estas explicaciones en "Los Tres Factores de la Revolución de la Conciencia"). Y más ampliamente y detalladamente en las Enseñanzas de nuestro Venerable y Amado Maestro Samael Aun Weor y de nuestro Venerable y Amado Maestro Rabolú.

"Los veinticuatro Ancianos", "los Siete Espíritus de Dios", los Cuatro Animales Santos, en un significado, son Partes del Ser, dentro de Cada Ser. En otro significado, son Jerarquías Superiores de la Venerable Logia Blanca en los Cielos.

De los Nombres de los Siete Espíritus, solamente sus Cuatro primeros Nombres están revelados en las Sagradas Escrituras, cuyo orden esotérico es el siguiente: Gabriel, Raphael, Uriel y Miguel. Los Nombres del Quinto, Sexto y Séptimo de los "Siete Espíritus de Dios", se mantuvieron ocultos; y son: Samael, Zachariel y Oriphiel.

Los "Siete Espíritus de Dios" son Siete Rayos de Luz que emanan de Dios, por medio de Su Hijo El Cristo y nuestro Señor. Cada uno de los "Siete Espíritus de Dios", Trabaja bajo las órdenes de nuestro Señor Jesús El Cristo.

Nuestro Venerable y Amado Maestro Samael Aun Weor, es El Quinto Ángel del Apocalipsis, "El Quinto de los Siete Espíritus de Dios".

En el Año "1508", en la obra titulada "De Septem Secundeis "... Iohn Tritemivs, Abad de Spanheim, (Siete Causas Secundarias) de las Inteligencias Celestiales, gobernando el Orbe bajo DIOS", escribió su Autor, el Abad Trithemius, los Nombres de los Siete Ángeles, en otro orden, mas asignando el quinto lugar a "Samael el Ángel de Marte":

"... El primer Ángel o Espíritu de Saturno es llamado Orifiel, ..."

"... El segundo Gobernador del Mundo es Anael el Espíritu de Venus,..."

"... Zachariel (es) el Ángel de Júpiter..."

"... El cuarto Rector del Mundo era Raphael, el Espíritu de Mercurio,..."

"... El quinto Gobernador del Mundo era Samael el Ángel de Marte..."

"... El sexto Gobernador del Mundo es Gabriel el Ángel de la Luna,..."

"... Michael el Ángel del Sol fue el Séptimo Gobernante del Mundo,..."

Los Siete Ángeles, los "Siete Espíritus de Dios", están representados por las "siete lámparas de fuego" que "estaban ardiendo delante del trono" del Hijo del Hombre: en lo Macrocósmico como Jerarquías Superiores de la Venerable Logia Blanca; y en lo Microcósmico, como Partes del Ser en el Árbol de la Vida.

El Hijo del Padre, el Cristo, es una misma Cosa con El Padre. Mas El Padre mayor es que El Hijo. Y el Hijo siempre hace la Voluntad del Padre y Santifica y Alaba Su Santo Nombre. Todo lo que hace el Hijo, proviene del Padre.

A la Luz del Árbol de la Vida podemos ver claramente, que nadie puede llegar al Padre o Kether, si no es por medio del Hijo, que es Jojmáh, como nos lo dice nuestro Señor Jesús El Cristo.

La Sephiráh Jojmáh es llamada en el Zóhar: "el Punto de Partida", "el Comienzo", "el Dios de Jacob", "Edén" Superior; "Comienzo de la Fe", la "Emergencia del Pensamiento", "la Fuente Primaria de la que emanan todas las Bendiciones", "la Iluminación y el Resplandor del Libro Superior", "EL SEÑOR", "la Sabiduría Suprema" (que proviene del Padre), "la Gran Voz", "una Esencia sumamente recóndita y oculta desconocida y no revelada", "… la Sabiduría Superior, que es Maravillosa y Oculta más allá del alcance de todos."

Isaac Luria llama a la Sephiráh "Jojmáh": "Santo", y el "Alto Sacerdote".

La Sephiráh Jojmáh, El Hijo, El Cristo, el Segundo Logos, viene a cristalizar dentro de un Iniciado en la Tercera Montaña, una vez que ha cristalizado previamente a la Sephiráh Bináh, el Espíritu Santo, el Tercer Logos, nuestra Bendita Divina Madre Kundalini.

Para poder llegar al Padre Celestial, a Kether, el Primer Logos o el Santo Anciano de los Días, necesitamos cristalizar al Hijo, al Cristo o Jojmáh, el Segundo Logos.

En la sección del Zóhar "Hadra Rabba Qadisha", se explica que "el Camino" es entendido por el "Microprosopus", cuya Sephiráh central o su corazón es Tiphéreth:

860.- "Esto es lo que ha sido escrito en Job, XXVIII. 23: "Dios entiende el camino", refiriéndose al Microprosopus, que entiende el camino, pero que no conoce el Cerebro Oculto del Macroprosopus".

El "Macroprosopus" es Kether, el Padre, el Santo Anciano de los Días. El "Microprosopus" es "Zeir Anpín" (que incluye a las Sephiróth: Jésed, Guevuráh, Tiphéreth, Netzáh, Hod y Yesod), cuyo corazón es Tiphéreth.

"El Camino" es "… el Camino de la Verdad." (Salmos, 119:30); y "el Camino del Árbol de la Vida…" (Génesis 3:24). "… el Camino de YHVH." (Proverbios, 11:29); "El camino de la Vida…" (Proverbios, 15:24); el Camino angosto "que lleva a la vida". (San Mateo, 7:14).

En uno de los Libros del Zóhar, "Ha Idra Zuta Qadisha", se explica que a la Sephiráh Jojmáh, se le "adscribe [o atribuye] el nombre de Verdad".

"465.- Y por lo tanto Chokmah es conocido y llamado como la perfección de todo; y a él se adscribe el nombre de Verdad."

El nivel del Alma en Jojmáh, es llamada "Jayyáh" (Vida-Fuerza) o "Ser Viviente".

Estas explicaciones nos ayudan a entender el significado oculto de las Palabras de nuestro Señor Jesús El Cristo:

"Yo Soy El Camino [Tiphéreth, el Microprosopus], y la Verdad [Jojmáh], y la Vida, [Jayyáh]; nadie viene al Padre [Kether], sino por Mí." (San Juan, 14:6).

"El Camino" es El Cristo, el Camino Directo, el Camino del Árbol de la Vida que nos lleva a nuestro Padre (Kether) que está en los Cielos.

"El Camino" del Señor, del Cristo, es aparejado por el Profeta Elías, reencarnado en la época de la Misión pública de nuestro Señor Jesús El Cristo en Juan el Bautista, que aparejó públicamente El Camino para la llegada del Señor en Jesús El Cristo, nuestro Salvador, el Adorable Salvador del Mundo, la Encarnación de la Sephiráh Jojmáh o del Hijo como el Primogénito, y la Encarnación del Logos Solar el Hijo Unigénito del Padre Celestial Absoluto.

Cuando se despierta el Fuego Sagrado del Kundalini o del Espíritu Santo, y asciende hasta el átomo del Padre en el entrecejo, se recibe el Bautismo Espiritual, y el Profeta Elías siempre está presente, espiritualmente, en este Bautismo esotérico. Porque una vez que se despierta el Fuego Sagrado de nuestra Madre Divina Kundalini, se comienza el Camino Esotérico del Árbol de la Vida. Y una vez que se encarna al Cristo Íntimo, Interior, es Bautizado en la Iniciación Venusta por el Espíritu del Profeta Elías bajo la forma de Juan el Bautista.

Juan el Bautista fue la Encarnación del Profeta Elías. El Profeta Elías o EliYahú, se Reencarnó en estos tiempos del fin, en nuestro Venerable y Amado Maestro Rabolú, quien nos lo confirmó personalmente.

Para encarnar en cada uno de nosotros a nuestro Padre Celestial, Kether, el Santo Anciano de los Días, necesitamos haber encarnado antes al Hijo el Cristo o Jojmáh.

Para poder cristalizar en nosotros al Cristo, necesitamos cristalizar primero al Espíritu Santo o Bináh, nuestra Madre Divina Kundalini (la Divina Esposa del Espíritu Santo), que se desdobla en la Serpiente Kundalini.

La Serpiente Kundalini o nuestra Madre Divina Kundalini, y el Hijo del Hombre o Tiphéreth (el Jesús-Cristo Íntimo, Interior, individual, particular), son la Puerta y El Camino hacia el Reino de los Cielos, hacia nuestro Padre que está en los Cielos.

Al Espíritu Santo no podríamos cristalizarlo, si antes no encarnamos a la Tríada Jésed-Guevuráh-Tiféret, o Átman-Buddhi-Manas.

Jésed el Inefable, es nuestro Padre Íntimo que tiene dos Almas: el Alma Divina o Espiritual Guevuráh o el Buddhi, y el Alma Humana o Tiphéreth, el Manas Superior, el Hijo del Hijo, el Hijo del Hombre.

Aunque un Iniciado no haya alcanzado todavía a cristalizar al Hijo El Cristo o Jojmáh, El Cristo actúa por medio de Tiphéreth o el Hijo del Hijo, el Hijo del Hombre, porque Jojmáh o El Hijo El Cristo, se desdobla en Tiphéreth.

Para poder encarnar a Jésed, Guevuráh y Tiphéreth, es necesario haber creado los Cuerpos de Fuego Astral, Mental y Causal y haber escogido el Camino Directo.

Y para poder crear los Cuerpos de Fuego, hay que despertar primero el Fuego Sagrado del Kundalini o del Espíritu Santo, la Serpiente que Moisés levantó en la Vara, con la práctica de "Los Tres Factores", y comenzar a subir por cada una de las Diez Sephiróth del Árbol de la Vida hasta llegar a Kether, a nuestro Padre que está en los Cielos.

Es necesario aclarar, que aunque una persona no haya encarnado y realizado a las Sephiróth de su propio Árbol de la Vida, dentro de su propio Ser Divinal, interior, particular están sus correspondientes átomos divinos, y aunque no estén realizados o perfeccionados, El Padre, el Real Ser Logoico, actúa por intermedio de cada uno de Sus Sephiróth, por medio de nuestro Padre Íntimo e Inefable desde el Templo de nuestro corazón.

El átomo del Hijo El Cristo o Jojmáh mora en la glándula Pituitaria, y el Átomo del Hijo del Hijo, o de Tiphéreth, el "átomo Nous", mora en el ventrículo izquierdo del corazón.

Recordemos las representaciones del Sagrado Corazón de Jesús, con Su Corazón ardiente, invitándonos a encontrarlo dentro de nuestro corazón.

El Sol-Cristo en el Árbol de la Vida es Jojmáh, como expresión del Logos Solar cuya primera emanación es Kether, El Padre, el Santo Anciano de los Días.

Nuestro Sol físico es solamente el vehículo de manifestación del Logos Solar, del Cristo-Sol.

Nuestro Señor Jesús El Cristo es la encarnación Viva del Logos Solar y Vive con Su mismo Cuerpo Resurrecto e Inmortal con el cual resucitó hace unos dos mil años quedándose aquí con nuestra Humanidad de la Tierra, para auxiliar a todas las almas.

Para la cristalización del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, hay tres requisitos.

Para poder lograr la cristalización de la primera Sephiráh Kether, el Santo Anciano de los Días, nuestro Padre que está en los Cielos, el Primer Logos, necesitamos aprender a hacer Su Santa Voluntad.

Para poder cristalizar en nosotros a la segunda Sephiráh Jojmáh, El Hijo, El Cristo, el Segundo Logos, hemos de saber recibir con agrado las manifestaciones desagradables de nuestros semejantes. Lo cual es solamente posible si estamos Muriendo Místicamente "de instante en instante, de momento en momento".

Y para poder cristalizar en nosotros a la tercera Sephiráh, Bináh o el Espíritu Santo, el Tercer Logos, necesitamos lograr la verdadera Castidad.

Así nos lo enseña nuestro Venerable y Amado Maestro Samael Aun Weor. Todo con la base del Trabajo con "Los Tres Factores", fundamentalmente la Muerte Mística de nuestros defectos psicológicos.

Si bien los Tres Logos: El Padre, El Hijo y El Espíritu Santo, cristalizan en la Tercera Montaña, Las Tres Fuerzas, en un nivel, se encarnan en la Primera Montaña; y en otro nivel en la Segunda Montaña. Y por lo cual, desde un principio necesitamos comenzar a realizar estos tres requisitos.

Cuando el Segundo Logos, El Cristo, Jojmáh, cristaliza dentro del Iniciado que ha logrado la Resurrección esotérica, se integra después en el Primer Logos, el Padre, Kether, lográndose entonces la Cristificación total, que es el objetivo de nuestra existencia, regresar a nuestro Padre que está en los Cielos, por medio del Cristo, El Hijo, El Camino, y nuestro Salvador, El Cristo Redentor.

Los Tres Factores, nuestra Madre Divina Kundalini, y el Hijo del Hombre (el Cristo Íntimo, Interior) son El Camino que nos permiten poder llegar a nuestro Padre que está en los Cielos.

11 de Julio del Año 2012
Amamos a todos los Seres, a toda la Humanidad.
Cada Ser Humano es también la Humanidad.

"¡Que todos los Seres sean Felices!"
"¡Que todos los Seres sean Dichosos!"
"¡Que todos los Seres sean en Paz!"

De todo Corazón,
Para toda la Pobre Humanidad Doliente,
Luis Bernardo Palacio Acosta
Bodhisattwa del V.M. Thoth-Moisés

Índex -
Guía Práctica del Estudiante Gnóstico
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